Tras una escala en Múnich con tiempo para un cafecito, hemos aterrizado en Nápoles pasado el mediodía.
Hoy toca, como todos los primeros días, ubicarse en la ciudad. Una visita rápida al supermercado para comprar unos básicos…
…y un paseo por el cercano y pintoresco Mercado de Pignaseca, donde hemos probado un cuoppo misto di pesce (cono mixto de fritura de pescado), en medio del caos y el desorden que imperaba en la zona.
Hoy no teníamos pensado hacer nada en particular, más allá de callejear y empezar a saborear (con todo el significado de la palabra) esta ciudad. Y por ello nos hemos dirigido con mucha calma a recorrer el centro histórico, conocido como Spaccanapoli. Esta zona, con su trazado perfectamente rectilíneo divide el centro antiguo de la ciudad en norte y sur. Razón por la cual su nombre es apropiado, pues literalmente quiere decir ‘separador de Nápoles’.
Las imágenes preconcebidas que podamos tener de esta ciudad las encontraremos aquí. Ropa tendida en las ventanas, señoras y señores que gritan (aunque no todos, tampoco exageremos), un ambiente callejero lleno de una vida absolutamente contagiosa, pequeñas tienditas, scooters arriba y abajo a toda velocidad, coches aparcados de cualquier manera, música callejera… y muuuucho ambiente.
Para llegar aquí nos hemos acercado a Piazza Dante y atravesado Port D’Alba, una de las primeras puertas que atravesaban las murallas, hoy repletas de librerías de viejo y artesanos de laúdes y otros instrumentos musicales.
Y el segundo que pasa por la Piazza San Domenico Maggiore y recorre la Via San Biagio dei Librai.
Aquí nos hemos desviado por la Vía Gregorio Armeno, una de las calles más sorprendentes que ver en Nápoles ya que en ella se ubican tiendas de artesanía en la que se venden y exponen en cualquier época del año figuras del belén…
De vuelta por Vía Tribunali, el hogar de algunas de las pizzerías más famosas y reconocidas de Nápoles, pero también plagada de pescaderías, fruterías, mercerías y trattories a la antigua usanza. Ya sabéis que Nápoles es conocida mundialmente por su pizza, y hemos empezado poniendo el listón muy alto, con la margarita y la marinara que hemos probado en el mítico Gino e Toto Sorbillo (eso sí, tras hacer la correspondiente cola en la calle). Espectaculares!!!
Y con esto, nos hemos dirigido al apartamento a descansar, que el madrugón estaba ya haciendo sus efectos desde hacía ya un rato.
Seguiremos informando. Ciao!
Hola chicos, buen primer día de contacto con Napoles. Dónde habéis metido semejantes pizzas, con el cuerpo que tenéis?
ResponderEliminarPasad una bonita noche de fin de año. Besitos
PD. Mi tf sigue sin dejarme publicar como Edurne.
Gracias cuñada! Las pizzas son muy aparentes pero finas y los bordes no los comemos.
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