jueves, 5 de enero de 2023

Día #5: Costa Amalfitana (Sorrento - Positano - Amalfi - Salerno)

Al sur de Nápoles se encuentra la que es considerada por muchos como la costa más bonita del Mediterráneo. 56 km de increíbles paisajes con pueblos colgados en la montaña, acantilados y campos de limoneros y naranjos (esta es la zona donde se produce el limoncello). Se trata de la Costa Amalfitana. Declarada Patrimonio de la Humanidad, la conforman 16 pueblos cada uno con su encanto. Nosotros teníamos planificada una excursión desde Nápoles para visitar algunos de ellos, los que considerábamos más especiales.

La logística era sencilla: madrugón, tren, bus, más bus y por último, tren.

Desde Nápoles hemos cogido la misma línea de tren que nos llevó a Pompeya, cuyo destino final era Sorrento. Esta ciudad no está en la costa amalfitana, aunque es tomada como campamento base por la mayoría de los turistas. Recorrer sus calles es como estar en un cuento, pequeñas calles adoquinadas con aire medieval que desembocan en una zona portuaria. 









Hay hoteles magníficos en Sorrento. Elegantes palacetes con vistas al Mediterráneo, que recuerdan el esplendor de años pasados.



Pero lo dicho. A Sorrento había que llegar para adentrarse en la costa. Así que tras un corto paseo y un cafecito, hemos cogido el bus dirección Positano. El viaje en bus es increíble, tanto por las vistas como por el viaje en sí mismo, con curvas donde lo único que había debajo son acantilados que caen al mar.




Positano no es el típico destino para ir a ver museos o hacer un itinerario interminable por monumentos. Positano es para deleitar tu vista con panorámicas al golfo de Nápoles y recorrer calles con mucho encanto. 

Su ubicación y construcciones verticales lo convierten en uno de los pueblos más bonitos de la zona. Sus preciosas casas color pastel encaramadas a la montaña y presididas por la bonita Iglesia de Santa María de la Asunción, conocida por su cúpula decorada en mayólica con colores verdes y amarillos, es la imagen más popular de esta costa. 





El día soleado acompañaba (otro más), y hemos bajado hasta la playa para seguir disfrutando de las vistas. Desde aquí se podían ver las Torres Saracenas, que fueron construidas en la Edad Media para defender a Positano y a toda la Costa Amalfitana de los terribles sarracenos y piratas.





Se nota que estamos en temporada baja, porque muchos hoteles y restaurantes están cerrados o en plenos trabajos de reformas o mantenimiento. Pero eso no le quita ningún encanto. 

Después hemos cogido otro bus dirección Amalfi. Apenas 18 km separan las localidades de Positano y Amalfi, aunque se tarda unos 40’ en recorrerlo ya que en este tramo la carretera se vuelve más sinuosa y espectacular si cabe, atravesando cultivos de limoneros, naranjos y viñas. El autobús nos ha dejado junto a los espigones del puerto. 

Amalfi es probablemente la localidad más importante de la costa. Que los más de 50km de costa lleven su nombre no es casualidad: es herencia de su pasado glorioso.

Pero es que nada más entrar en el casco antiguo, te encuentras con un bello lugar: la Piazza del Duomo. Famosa por su espectacular Catedral y por la plaza en la que se encuentra. 







Teníamos hambre, así que ‘a mangare’ más platos típicos de la Campania: gnocchi a la sorrentina y spaghetti con salsa de anchoas de Cetera. Riquísimos!

Luego a bajar la comida con un helado de limón y pistacho, y a pasear entre calles repletas de tiendas (todo súper turístico y con poca originalidad), y a seguir disfrutando de las vistas y de la puesta de sol. 















Desde Amalfi, tocaba la parte más pesada del viaje de hoy, llegar a Salerno en bus. Más de 1 hora de trayecto, de noche, con un sinfín de curvas, mucho tráfico (cómo será esto en verano!!!)…

Aunque es una ciudad de verano, lo que nos ha traído hasta aquí, es disfrutar de uno de los espectáculos de luces más bellos de Italia: LUCI D'ARTISTA. Durante la época navideña toda la ciudad se llena de esculturas de luces navideñas, con dimensiones impresionantes y de una belleza única. Cada año, el acontecimiento tiene un tema particular. Para esta edición, el tema es "El zoo de los animales mitológicos". 























Todo un espectáculo en una ciudad que nos ha sorprendido por su ambiente tranquilo (nada que ver con el de Nápoles) y por sus calles estrechas, palacios e iglesias.







Y con estas, un colorido tren de trenitalia nos ha devuelto en poco más de 30’ a Nápoles.

Cansados, pero de nuevo con hambre, seguimos probando la gastronomía local. Esta vez, un ragú en sus dos vertientes: con pasta y lo que ellos llaman la scarpetta, esto es, ‘a pelo’ para untar pan. Deliciosa la salsa de tomate con carne y salchichas que, según dicen, es lo que cocinan las abuelas y madres los domingos para luego juntarse toda la familia.


Y con esto, a descansar, que mañana hay que seguir descubriendo Nápoles.

Seguiremos informando. 

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